lunes, 27 de septiembre de 2010

Los límites necesarios

En el camino de todo emprendimiento habrá muchas enseñanzas por adquirir. Y entre todo este aprendizaje, deberemos aprender a decir NO.

No a alguna idea un poco descabellada o por demás arriesgada.

No a subir a nuestro barco a alguien con quien no congeniamos, no confiamos o simplemente con quien no estamos dispuestos a compartir el viaje.

Por eso, hoy elegimos compartir esta célebre "Declaración del No":

No es No,... y hay una sola manera de decirlo: No.

Sin admiración, sin interrogantes, ni puntos suspensivos.

No: se dice de una sola manera.

Es corto rápido, monocorde, sobrio y escueto.

No: se dice una sola vez. Con la misma entonación.

Un No que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín no es No.

Un No que necesita de explicaciones justificadoras, no es No.

No, tiene brevedad.

No: No deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas. Ni puede dejar de ser.

No, aunque el otro y el mundo se pongan patas arriba.

No, es el último acto de dignidad.

No, es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes.

No, no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos, ni con pena, aún menos con satisfacción.

No, es No.

Cuándo el No es No, se mirará a los ojos y el No se descolgará naturalmente de los labios.

La voz del No, no es trémula, vacilante, ni agresiva, no deja lugar a dudas.

Ese No, no es una negación del pasado, es una corrección al futuro.

Y sólo quién sabe decir No, puede decir Si.

 
Sí, porque sólo aprendiendo a decir que NO, estamos permitiéndonos elegir a qué y a quién le decimos que SÍ.
 
Decile SÍ a tu sueño-proyecto. Decite SÍ a vos.
 
Nos seguimos encontrando con más ayuda emprendedora.

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