lunes, 27 de junio de 2011

Impacto cercano

"Podemos impresionar a las personas a la distancia, pero solamente podemos impactarlas cuando estamos muy cerca". Howard G. Hendricks

Por eso, para impactar y cautivar a los clientes es necesario estar cerca, muy cerca.

Hacer la diferencia.

Construir la experiencia que logre embeber al otro y trasladarlo a lugar donde sus sueños y expectativas son realizables.

La venta es en definitiva, el arte de la seducción comercial...

Buena jornada...
Graciela M. Losada

martes, 21 de junio de 2011

Humanizando empresas

Toda empresa tiene como objetivo fundamental el obtener ganancias. Para producirlas requiere de la participación activa de una variedad de recursos. Pero entre todos ellos, uno acaparará el gran protagonismo: el recurso humano.

Sí. En definitiva toda empresa es un conjunto de personas coordinadas y direccionadas para efectuar diversas actividades a lo largo de una cadena productiva, que originará determinados resultados.

La eficacia y eficiencia con la que cada persona desarrolle sus tareas, tendrá una repercusión directa en esos resultados. Esto no es novedoso. Se conoce ampliamente la importancia del factor humano y su influencia en el rendimiento final.

Las grandes corporaciones suelen contar con políticas de recursos humanos, programas de motivación, de capacitación y de integración, planes de carrera, etc., etc.

En el otro extremo, nos encontramos con las pequeñas empresas o incipientes emprendimientos que aún no han incorporado estos temas a sus agendas.   No obstante ello, dichas empresas suelen no presentar mayores inconvenientes, en virtud de tener un trato muy directo con el personal y una relación estrecha basada en el mutuo conocimiento y la confianza. Asimismo, suelen posibilitar el crecimiento de la gente a medida que crece el negocio, lo cual favorece mantener un grado de compromiso y motivación apropiados, aún con altibajos.

Posiblemente, el más complicado sea el caso de las PYMES, donde la lucha por mejorar la posición competitiva y dar un salto de crecimiento suele ocasionar más de un conflicto interno. Las compañías pujan por crecer y reclutan desde afuera ejecutivos para puestos jerárquicos y consultores gurúes. Sobrevienen las sensaciones de exclusión, de marginación, falta de reconocimiento e "injusticias". La presión de la inmediatez de los números se acrecienta y la presión baja a los mandos medios y al personal de planta. "Producir más".  "Vender más". "Bajar los costos"... Los de arriba no están satisfechos; los de abajo, tampoco... El personal se cansa, rota, se va. Los resultados no llegan y las estrategias se cambian y con ellas, también el personal. El hastío, la no pertenencia y la desmotivación crecen al ritmo del agobio, el malhumor y la presión, generando cada mez mayor tensión y peores rendimientos.

Sí: presión y motivación no son precisamente sinónimos. Quien los confunda equivocará penosamente el camino.

Las empresas están vivas porque están integradas por personas. Humanizar las relaciones y exigencias con el personal, redundará en la mejor calidad de vida de ambos, de los empleados y los empleadores. De la gente y las empresas.

Mejor calidad de vida=mejor calidad de trabajo=mejores rendimientos=mayor rentabilidad.

Es mucho lo que se puede hacer para humanizar las empresas y sus relaciones, y no todo está ligado a grandes sumas de dinero... Parece complejo, pero realmente lo es?

Nos estamos encontrando con más ayuda emprendedora...
Graciela M. Losada
Para Ger Ayuda

jueves, 9 de junio de 2011

Construyendo decisiones

Sí. Las decisiones pueden y deben construirse, elaborarse como una pieza artesanal. Cada momento es único, cada crisis y cada conflicto, también los son y por eso, cada decisión también es única y se moldea especialmente para atender a ella.


Construir una decisión significa tomarse unos minutos para analizar la situación, evaluar opciones y elegir. Ahora bien, desarmemos un poco esta frase…

Digo “tomarse unos minutos” porque extender la toma de una decisión en el tiempo es decidir no hacer nada ante la situación pero quedándose atado a la preocupación del problema. Todo problema requiere nuestra ocupación y no nuestra pre-ocupación. Por eso, si la decisión es no hacer nada, entonces que la inacción sea el resultado de una elección: “esta situación requiere solamente de tiempo para que las cosas se acomoden por sí mismas”.

“Analizar la situación” implica revisar qué es lo que está pensando y qué es lo que debería suceder. Conocer el punto de partida y el punto al que queremos llegar. Evaluar las opciones será buscar las distintas rutas posibles para llegar a destino con los “pro” y los “contra” de cada una. Escribirlo ayuda siempre a visualizar mejor el escenario y sus posibilidades.

Y finalmente, siempre será necesario “elegir”. Sabiendo que elegir implica tener que resignar algo.

Pero, indistintamente del proceso de elección que hagamos, para todo emprendedor será preferible errar la alternativa de acción, a errar por la inacción. Recordemos que errar es deambular, ir vagando mientras vamos transitando el camino y en definitiva. Y mientras estemos caminando, siempre tendremos la oportunidad de corregir el rumbo si estamos atentos y tenemos en claro nuestro objetivo.



...Te seguimos acompañando con más ayuda emprendedora.
Graciela M. Losada
para Ger Ayuda

miércoles, 1 de junio de 2011

Objetivo: slogan memorable

Todos aspiramos a hacer de nuestra marca un nombre recordado positivamente por el mercado. El slogan es seguramente, la herramienta más efectiva para lograr la atención de nuestro público objetivo y un factor decisivo frente a la competencia comercial.

El gran objetivo es lograr un slogan o lema memorable, es decir una frase o expresión identificativa que se instale en la memoria de la gente y perdure en el tiempo. La pregunta es ¿cómo?

Al respecto, se ha dicho y escrito mucho: que debe ser ingenioso y creativo, que debe ser pegadizo, que debe ser impactante, que debe declarar los beneficios principales de la marca o del producto, que debe ser simple, directo y concreto, que debe poder establecer una diferencia con la competencia sin comparar directamente para evitar conflictos legales, que debe tener musicalidad para favorecer la recordación, que debe apelar a las emociones, que debe seducir al cliente potencial para despertar el deseo de obtener el producto, que debe ir integrado a la marca para asegurar la identificación y que no se confunda con la competencia, que sea breve, que no necesariamente sea breve, etc., etc.

Cada profesional especializado en la materia podrá emitir diferentes visiones acerca del tema, contraponiendo ventajas y desventajas para caa argumento. Pero, indistintamente de las divergencias de opiniones, posiciones y tendencias, seguramente todos coincidiremos en la necesidad fundamental de tener siempre presente el QUÉ es lo que queremos transmitir y este QUÉ deberá estar íntimamente ligado con las fortalezas de la marca o producto a comunicar.

Entonces, más allá de los recursos que utilicemos para construirlo, el slogan podrá convertirse en una síntesis eficaz y efectiva de ese mensaje con todos los atributos que requiera cuando sintonice la misma frecuencia de nuestras potencialidades, virtudes, emociones y acciones y logre espejarnos. Porque ser coherentes y consistentes entre lo que somos, lo que decimos y lo que hacemos será siempre la mejor plataforma de lanzamiento para todo emprendimiento.


Nos seguimos encontrando con más ayuda emprendedora...
Graciela M. Losada