Convencida de que las palabras crean el Universo en el que vivimos, me pregunto ¿por qué será que las palabras más grandes son sin embargo las más breves? ¿Será tal vez, para que nos sea más sencillo pronunciarlas? ¿Será para que podamos repetirlas más veces al día y así dejarlas cinceladas en nuestra memoria?
Es sorprendente que la palabra más breve, una palabra de sólo dos letras sea sin embargo la más poderosa:
FE. Sí, Fe, porque sin Fe nada es posible. Y la Fe requiere ser proseguida por tres gigantescas letras:
PAZ.
La Paz externa y la paz interna, porque sólo al hallar paz interior podemos alcanzar el
AMOR. Un Amor grande, que con solo cuatro letras puede incluir a todo el Universo. Y para ese Amor poderoso pueda derramarse íntegramente es necesario un estado de
SALUD.
La Salud física y la salud emocional. Ya que es la salud emocional la que nos abre la puerta a la palabra más generosa e impactante:
PERDÓN.
Perdón! Qué fácil parece, no? Suena tan cotidiano y sin embargo, no estamos realmente entrenados para el PERDÓN. Para un Perdón genuino, un perdón que no deje rencores, que no deje cicatrices… No es tan sencillo ejercer el Perdón como nombrarlo.
El Perdón requiere un gran
TRABAJO. Tal vez por ello, Trabajo tenga siete letras…
Siete son los colores, siete las notas musicales, siete los días de la semana y siete serán entonces las pequeñas grandes palabras. Porque si la vida es como un sueño que nace en la FE y se concreta con TRABAJO, esto sólo es posible con
PASION. La Pasión abrazando todo este proceso y eslabonando cada palabra para lograr alcanzar nuestros
SUEÑOS.
Poné a trabajar tu fe y construí tus sueños.
Te seguimos acompañando con más ayuda emprendedora.
