jueves, 8 de diciembre de 2011

El significado del árbol de Navidad


No sabemos exactamente de dónde proviene la tradición de nuestro árbol de navidad ya que existen distintos posibles orígenes. Algunos lo asocian a la veneración que los Druidas de Europa Central hacían de  los elementos de la naturaleza. Ellos celebraban  el cumpleaños de uno de sus dioses adornando un árbol, “Idrasil” o “Árbol del Universo”, coincidiendo en cercanía con la fecha de la Navidad cristiana.

Para otros,  tiene sus orígenes en la antigua creencia germana  de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban apoyados el sol, la luna y las estrellas, lo cual a su ver habría motivado a iluminar los árboles, primero con pequeñas velas y en la actualidad, con toda clase de luminarias.

El árbol es esencialmente símbolo de vida, su verde follaje anuncia el paso del invierno al verano y los frutos, marcando el ciclo de la naturaleza.

En las religiones orientales, el árbol es sagrado porque connota la unión entre el cielo y la tierra, el encuentro del hombre con la divinidad.

Para el cristianismo, el árbol de Navidad recuerda al árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda que Jesucristo ha venido a ser Mesías prometido para la reconciliación. Pero también representa al árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de tipo perenne.

La forma triangular del árbol (por tratarse de una conífera), representa a la Santísima Trinidad. Las oraciones que se realizan durante el Adviento se diferencian por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo:
  • El azul las oraciones de reconciliación.
  • El plata las de agradecimiento.
  • El oro las de alabanza.

Indistintamente de la cultura, el árbol ha tenido siempre un significado especial para el hombre, asociado a la vida, la mística, la sabiduría y la poesía.

El árbol de navidad reúne a las familias y a los amigos, los convoca a dar y recibir y a prepararse para el resurgimiento de un nuevo renacer, de una nueva esperanza, de nuevos sueños y proyectos.

Continuemos la tradición de construir cada 8 de diciembre este árbol de navidad, para renovar nuestros deseos de vida, nuestras ansias de compartir y de iluminarnos con su luz.

Felicidades!

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