jueves, 1 de julio de 2010

Cocina emprendedora: Control de planificaciòn

Primer día del segundo semestre del año. Es el momento perfecto para entrar a nuestra cocina emprendedora y revisar nuestro proyecto. Repasar de dónde partimos, qué esperábamos y dónde estamos efectivamente. Como hacía la abuela con sus guisitos invernales: supervisaba la sal, los condimentos, la textura, el color y el punto de cocción, si algo faltaba lo agregaba, si algo sobraba lo transformaba y no dejaba de cuidarlo para evitar se le quemara…


Busquemos el Plan de Negocio, el Project, el archivo, la agenda, el cuaderno o esa hoja a mano alzada donde hace un tiempo atrás trazábamos el esbozo de nuestro negocio, con las expectativas y objetivos deseados.

Ahora sí, resaltador y lápiz-lapicera en mano empecemos a trabajar. Tildemos con lápiz-lapicera lo que se haya cumplido o ejecutado en tiempo y forma (“tildados”). Luego utilicemos el resaltador para destacar lo que se cumplió o ejecutó parcialmente, con falencias, modificaciones o inconvenientes (“resaltados”). Finalmente, dejemos sin marca lo que aún no se ha logrado o ejecutado (“no marcados”).

Volvamos sobre lo escrito y analices los “resaltados”. Qué pasó en cada caso? Cuáles han sido los inconvenientes? A qué correcciones nos obliga? Qué falló y por qué? Cómo podemos suplirlo? Qué recursos necesitaremos?

Reveamos entonces los “no marcados” y pensemos: qué necesitamos para cumplir con esos objetivos? Qué debemos modificar a partir de las variaciones observadas en los “resaltados”?, Qué cambios son necesarios para poder alcanzar los objetivos planteados? Cómo podemos llegar a la meta?

Regresemos a la cocina emprendedora y reordenemos nuestros “tildados”, con los “resaltados actualizados” y los “no marcados ajustados”. Re-escribamos. Modifiquemos. Emprolijemos. Avancemos.

Indudablemente, esta tarea será más sencilla de realizar cuanto más detallada haya sido la planificación original. Pero, lo importante es entender que, aún no habiendo realizado un Plan de Negocios profesional, siempre podemos realizar las tareas de control y ajuste de nuestro proyecto. Sí, aún a partir de una hoja blanca escrita y mamarracheada en lápiz. Lo fundamental es controlar y ajustar el rumbo a medida que avanzamos.

Recordemos que la planificación actúa de brújula. Nos guía, nos marca el Norte para que no nos extraviemos. Pero el nombre del “Norte” lo decidimos nosotros. Ya que no hay otro Norte escrito que no sea el que escribe la propia pasión.


Y ya vamos poniendo la mesa para seguir encontrándonos…

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