lunes, 16 de abril de 2012

Resiliencia emprendedora


El término resiliencia proviene originalmente del campo de la física y la ingeniería y se ha ido adaptando a otras áreas.

En el campo de la física y la metalúrgica, “la resiliencia es la capacidad de ciertos materiales de recobrar su forma original luego de ser sometidos a un proceso de presión deformadora”, o “la resistencia que oponen los cuerpos a la ruptura por un choque” o “la capacidad de los metales de resistir a los golpes y recuperar su estructura interna”.

Para la traumatología es “la capacidad del tejido óseo de crecer en el sentido correcto luego de una fractura.”
Asimismo, en la industria textil cuando se habla de telas, se menciona la resiliencia como la capacidad de resistir el arrugamiento;  es decir una tela tiene buena resiliencia cuando no se fija la arruga, el lino tiene baja resiliencia.

El concepto de resiliencia, por extensión, ha trascendido los ámbitos de la física y la ingeniería hasta llegar al campo de la psicología para  básicamente, la capacidad del ser humano para recuperarse, sobreponerse y asumir situaciones complicadas, como choques emocionales, traumas, etc...

Por otra parte, la palabra “resilience” podría traducirse como “elasticidad” o “resistencia”.

No es casualidad que estas descripciones le resulten familiares a un emprendedor. El emprendedor conoce de qué se trata esto de “recuperarse, sobreponerse y asumir situaciones complicadas”, de “resistir los golpes” y de no “fijarse a la arruga”.

Ser emprendedor es ser resiliente. Elasticidad y resistencia son dos condiciones fundamentales al momento de emprender.

Nos seguimos encontrando...
Graciela M. Losada

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