Muchos aún consideran que hablar de actitudes positivas y
optimistas son pura charlatanerías de café, muy alejadas de los top management
topics de cualquier ejecutivo “serio” y “profesional”.
Ahora bien, qué significa exactamente tener un actitud
positiva? Tener una actitud positiva significa adoptar una conducta
constructiva, sana, de gratitud y perseverancia.
El optimista inteligente
conoce perfectamente que los problemas existen, puede reconocerlos y
analizarlos concientemente y también puede superarlos mejor. No se detiene a
lamentarse con un “por qué a mí”, sino que se pone en acción planteándose “para qué”, “qué
debo aprender yo de todo esto? Quien enfrenta la vida con una actitud positiva,
no se detiene antes los inconvenientes, sale a conquistar la oportunidad de
enfrentarse a ellos y crecer con ellos.
De acuerdo a numerosas investigaciones realizadas sobre el
tema, se ha comprobado que las personas optimistas tienen mayor probabilidad de
alcanzar el éxito y de ayudar a otros a alcanzarlo, porque a través de su actitud
disfrutan más del proceso y contagian con su energía a su entorno.
Martin Seligman en su libro “Auténtica Felicidad” nos invita
a intentar alcanzar la auténtica felicidad logrando: 1) estar satisfechos con nuestro pasado; 2) ser
optimistas respecto al futuro y 3) alcanzar la felicidad en el presente
desarrollando las propias fortalezas y virtudes.
Todo ejecutivo serio y profesional desea contar con equipos
de trabajo exitosos y, parece ser que, la clave es rodearse de gente optimista y
constituirse uno mismo en un ejecutivo pro-optimismo.
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