Entonces hay que escribir respondiendo al QUÉ, QUIÉN, A QUIENES, CÓMO, CUÁNDO y DÓNDE. Construir un mensaje coherente, sólido, consistente y EFICAZ.
Un mensaje requiere de ideas. Ideas con sal y textos con pimienta.
Requiere conocimiento del producto y del mercado, planificación, mirada crítica y capacidad de proyección.
También requiere algo más que técnicas. Es necesario pasión por la palabra. Saber abrazarse a ella y poder conjugarla con las imágenes y los símbolos apropiados.
Si algo de esto falla, la comunicación generará ruido y no alcanzará los objetivos establecidos.
Ya lo anunció el gran poeta Roberto Juarroz “las palabras son como pequeñas palancas...”
Si queremos mostrarnos, hacernos conocer, convencer, vender nuestros productos, seducir a otros con nuestro proyecto, debemos utilizar las palabras-palancas que abran esas puertas que esperamos traspasar…
Nos seguimos encontrando...
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